De vez en cuando comentaré también algún libro que me impacte, ya sea para bien o para mal, en esta ocasión se me ocurre empezr con mi libro favorito: Como agua para chocolate
Hace casi 10 años que me leí por primera vez éste libro...y siento que de alguna manera cambió mi vida. Mucha de la culpa de que escribo es de éste libro, que motivó mi imaginación de formas que ni se lo imaginan. Debo habérmelo leído unas 8 veces durante los primeros dos años, actualmente espacío mucho mis lecturas porque me deprime, pero de vez en cuando abro mi libro y me transporto a ese mundo, me inundo de los aromas de la cocina de Tita....y siento deseos de matar a un par de personajes.
'Como agua...' gira en torno de Tita, una joven que vive en un rancho en Piedras Negras durante la época revolucionaria. Su familia la conforman sus dos hermanas Rosaura y Gertrudis, su madre María Elena y la cocinera Nacha.
Su madre es una cruel y despiadada mujer que impone sus reglas y sus formas de pensar, algo que no parece afectarle mucho hasta que se enamora de Pedro. Cuando Pedro se le declara ella no puede ser más feliz, sobre todo porque pedirá su mano en matrimonio, pero lo que menos se espera es que una vieja tradición familiar se lo impida. En su familia las hijas más jóvenes tienen prohibido casarse, siendo condenadas a cuidar de la madre hasta su muerte. María Elena niega el permiso para la boda, pero a cambio sugiere a Pedro que se case con una de las hermanas de Tita, Rosaura. Por loco que parezca Pedro acepta, confiando que de esa manera podrá estar siempre cerca de Tita.
La historia transcurre con el paso de los años, con la forma en que los sentimientos de Tita y Pedro se esconden bajo el agua, aunque en determinado momento emergiendo ante ellos sin que puedan evitarlo. El libro a veces tiene tal carga sensual que siento que la película no logró captar, pero son simplemente maravillosos sus momentos. A continuación pongo mis escenas o frases favoritas, con algunos de mis comentarios
Pero no en esta ocasión. El vacío que sentía en el estómago no se alivió. Por el
contrario, una sensación de náusea la invadió. Descubrió que el hueco no era de hambre; más bien se trataba de una álgida sensación dolorosa. Era necesario deshacerse de este molesto frío. Como primera medida se cubrió con una pesada cobija y ropa de lana. El frío permanecía inamovible. Entonces se puso zapatos de estambre y otras dos cobijas. Nada. Por último, sacó de su costurero una colcha que había empezado a tejer el día en que Pedro le habló de matrimonio. Una colcha como ésta, tejida a gancho, se termina aproximadamente en un año. Justo el tiempo que Pedro y Tita habían pensado dejar pasar antes de contraer nupcias. Decidió darle utilidad al estambre en lugar de desperdiciarlo y rabiosamente tejió y lloró y tejió, hasta que en la madrugada terminó la colcha y se la echó encima. De nada sirvió. Ni esa noche ni muchas otras mientras vivió logró controlar el frío.
Lloré y lloré con ese párrafo la primera vez que lo leí. Puede parecer simple, pero marca uno de los puntos trascendentales de la historia
-¿Y a mí no me va a felicitar?
-Sí, cómo no. Que sea muy feliz.
Pedro, abrazándola más cerca de lo que las normas sociales permiten, aprovechó la única oportunidad que tenía de poder decirle a Tita algo al oído.
-Estoy seguro de que así será, pues logré con esta boda lo que tanto anhelaba: estar cerca de usted, la mujer que verdaderamente amo...
¿Qué puedo decir? ¿Que la película se quedó corta con esa escena? Es sólo una de tantas
Cuando se sentaron a la mesa había un ambiente ligeramente tenso, pero no pasó a mayores hasta que se sirvieron las codornices. Pedro, no contento con haber provocado los celos de su esposa, sin poderse contener, al saborear el primer bocado del platillo, exclamó, cerrando los ojos con verdadera lujuria:
-¡Éste es un placer de los dioses!
Puf. A la mejor cuando lo leen pienso que exagero, pero esa escena sentí que sacó chispas del libro. El único momento en la película en que se siente la pasión vibrando entre ellos. En que se escucha sin problemas la lujuria de sus palabras y la pasión que crepita en la mesa
Pero era inútil, algo extraño le pasaba. Trató de buscar apoyo en Tita pero ella estaba ausente, su cuerpo estaba sobre la silla, sentado, y muy correctamente, por cierto, pero no había ningún signo de vida en sus ojos. Tal parecía que en un extraño fenómeno de alquimia su ser se había disuelto en la salsa de las rosas, en el cuerpo de las codornices, en el vino y en cada uno de los olores de la comida. De esta manera penetraba en el cuerpo de Pedro, voluptuosa, aromática, calurosa, completamente sensual.
Parecía que habían descubierto un código nuevo de comunicación en el que Tita era la emisora, Pedro el receptor y Gertrudis la afortunada en quien se sintetizaba esta singular relación sexual, a través de la comida
Esa escena de Gertrudis es maravillosa. Lo que sigue también me gusta, como Gertrudis se está bañando y de pronto empieza a sacar tanto fuego que incendia el baño y corre desnuda para encontrarse con un capitán villista que se la lleva a lomos de su caballo. Lo que ODIO de esa parte es como Tita y Pedro los observan y Pedro es tan cobarde para no decirle que se fugaran, que se fueran, que lo mandaran todo al diablo. Arg. Me daban ganas de patearlo
Tita, de rodillas, inclinada sobre el metate, se movía rítmica y cadenciosamente mientras molía las almendras y el ajonjolí.
Bajo su blusa sus senos se meneaban libremente pues ella nunca usó sostén alguno. De su cuello escurrían gotas de sudor que rodaban hacia abajo siguiendo el surco de piel entre sus pechos redondos y duros.
....
Permanecieron en éxtasis amoroso hasta que Pedro bajó la vista y la clavó en los senos de Tita. Ésta dejó de moler, se enderezó y orgullosamente irguió su pecho, para que Pedro lo observara plenamente. El examen de que fue objeto cambió para siempre la relación entre ellos. Después de esa escrutadora mirada que penetraba la ropa ya nada volvería a ser igual.
Tita supo en carne propia por qué el contacto con el fuego altera los elementos, por qué un pedazo de masa se convierte en tortilla, por qué un pecho sin haber pasado por el fuego del amor es un pecho inerte, una bola de masa sin ninguna utilidad. En sólo unos instantes Pedro había transformado los senos de Tita, de castos a voluptuosos, sin necesidad de tocarlos.
Mi escena FAVORITA. Sin ninguna duda. Siempre me ha parecido que es la escena más erótica que he leído , sin importar las cosas tan subidas de tono que he leído desde entonces. El erotismo, la lujuria está ahí. No me gustó cómo la pasaron en el cine porque toda la carga sexual desaparece y pasa a ser una escena cualquiera.
Ella no paraba de recibir felicitaciones por sus méritos como cocinera y todos querían saber cuál era su secreto. Fue verdaderamente lamentable que en el
momento en que Tita respondía a esta pregunta diciendo que su secreto era que había preparado el mole con mucho amor, Pedro estuviera cerca y los dos se miraran por una fracción de segundo con complicidad, recordando el momento en que Tita molía en el metate, pues la vista de águila de Mamá Elena, a 20 metros de distancia, detectó el destello y le molestó profundamente.
Ahh. Que romántico
Tita sintió que una violenta agitación se posesionaba de su ser: enfrentó firmemente la mirada de su madre mientras acariciaba el chorizo y después, en lugar de obedecerla, tomó todos los chorizos que encontró y los partió en pedazos, gritando enloquecida.
-¡Mire lo que hago con sus órdenes! ¡Ya me cansé! ¡Ya me cansé de obedecerla!
Mamá Elena se acercó, tomó una cuchara de madera y le cruzó la cara con ella.
El primer enfrentamiento
-Tita, quisiera decirle que considero un lamentable error de su parte la idea que tiene de casarse con John. Aún está a tiempo de no cometer esa equivocación, ¡no acepte ese matrimonio, por favor!
-Pedro, usted no es nadie para decirme lo que tengo que hacer, o no. Cuando usted se casó yo no le pedí que no lo hiciera, a pesar de que esa boda me destrozó. Usted hizo su vida, ¡ahora déjeme hacer la mía en paz!
-Precisamente por esa decisión que tomé y de la cual estoy completamente arrepentido, le pido que recapacite. Usted sabe muy bien cuál fue el motivo que me unió a su hermana, pero resultó un acto inútil que no funcionó, ahora pienso que lo mejor hubiera sido huir con usted.
-Pues lo piensa demasiado tarde. Ahora ya no hay remedio. Y le suplico que nunca más en la vida me vuelva a molestar, ni se atreva a repetir lo que me acaba de decir, mi hermana lo podría escuchar y no tiene por qué haber otra persona infeliz en esta casa. ¡Con permiso...! Ah. Y le sugiero que para la próxima vez que se enamore, ¡no sea tan cobarde!
¡Al fin le dice a Pedro lo que llevaba medio libro pensando!
Al sentir una presencia extraña, Tita giró sobre sí misma y la luz delineó claramente la figura de Pedro poniendo una tranca en la puerta.
-¡Pedro! ¿Qué hace aquí?
Pedro, sin responderle, se acercó a ella, apagó la luz del quinqué, la jaló hacia donde estaba la cama de latón que alguna vez perteneció a Gertrudis su hermana y tirándola sobre ella, la hizo perder su virginidad y conocer el verdadero amor.
Al fin consuman su amor
Entonces Gertrudis, con su gran práctica en el campo de batalla midió estratégicamente el tiempo que Pedro tardaría en cruzar por el umbral de la puerta para, en ese precisó instante, dispararle las palabras:
-... Y creo que entonces sería bueno que Pedro se enterara de que esperas un hijo suyo.
¡Con gran éxito dio en el blanco! Pedro, fulminado, dejó caer el costal al suelo. Se moría de amor por Tita. Ésta giró asustada y descubrió a Pedro que la miraba emocionado hasta las lágrimas
Una de mis partes favoritas. Tenía tantas esperanzas para el final de ambos
-¿Ya viste lo que estás ocasionando? Pedro y tú son unos desvergonzados. Si no quieres que la sangre corra en esta casa, vete a donde no puedas hacerle daño a nadie, antes de que sea demasiado tarde.
-La que se debería de ir es usted. Ya me cansé de que me atormente. ¡Déjeme en paz de una vez por todas!
-No lo voy a hacer hasta que te comportes como una mujer de bien, ¡o sea, decentemente!
-¿Qué es comportarse decentemente? ¿Como usted lo hacia?
-Sí.
-¡Pues eso es lo que hago! ¿0 no tuvo usted una hija ilícitamente?
-¡Te vas a condenar por hablarme así!
-¡No más de lo que usted está!
-¡Cállate la boca! ¿Pues qué te crees que eres?
-¡Me creo lo que soy! Una persona que tiene todo el derecho a vivir la vida como mejor me plazca. Déjeme de una vez por todas, ¡ya no la soporto! Es más, ¡la odio, siempre la odié!
Finalmente le suelta a su madre todo el odio que le tenía. Se tardó bastante
Se acercó a la escalera con la intención de bajar a ver qué sucedía y ahí se topó con el grupo que cargaba a Pedro envuelto en humo. Tita, a su lado, lloraba desconsolada. El primer intento de Rosaura fue correr a ayudar a su marido. Tita trató de soltarle la mano a Pedro para permitir que Rosaura se acercara a él, pero Pedro, entre quejidos y hablándole por primera vez de tú, clamó:
-Tita, no te vayas. No me dejes.
-No, Pedro, no lo haré.
Tita tomó nuevamente la mano de Pedro, Rosaura y Tita se miraron un momento
retadoramente. Entonces Rosaura comprendió que ella no tenia nada que hacer ahí, se metió en su recámara y se cerró con llave. De ahí no salió en una semana.
¡Oh sí!
-Creo que tenemos pendiente una conversación, ¿no lo crees?
-Sí, sí lo creo. Y creo que fue desde que te casaste con mi novio.
Zas culebra
-Está bien, si lo quieres, empecemos por ahí. Tú tuviste un novio indebidamente. No te correspondía tenerlo.
-¿Según quién? ¿Según mamá o según tú?
-Según la tradición de la familia, que tú rompiste.
-Y que voy a romper cuantas veces sea necesario, mientras esa maldita tradición no me tome en cuenta. Yo tenía el mismo derecho a casarme que tú, y tú eras la que no tenía derecho a meterse en medio de dos personas que se querían profundamente.
-Pues ni tan profundamente. Ya ves cómo Pedro te cambió por mí a la menor oportunidad. Yo me casé con él, porque él así lo quiso. Y si tuvieras tantito orgullo lo deberías de haber olvidado para siempre.
-Pues para tu información, se casó contigo sólo por estar cerca de mí. No te quería y tú lo sabias muy bien.
-Mira, mejor ya no hablemos del pasado, a mí no me importan los motivos por los que Pedro se casó conmigo. Se casó y punto. Y yo no voy a permitir que ustedes dos se burlen de mí, ¡óyelo bien! No estoy dispuesta a hacerlo.
-Nadie intenta burlarse de ti, Rosaura, no entiendes nada.
-No, ¡qué va! Entiendo muy bien el papel en el que me dejas, cuando toda la gente del rancho te ve llorando al lado de Pedro y tomándolo amorosamente de la mano. ¿Sabes cuál es? ¡El del hazmerreír! ¡De veras que no tienes perdón de Dios! Y mira, a mí me tiene muy sin cuidado si tú y Pedro se van al infierno por andarse besuqueando por todos los rincones. Es más, de ahora en adelante pueden hacerlo cuantas veces quieran. Mientras nadie se entere, a mí no me importa, porque Pedro va a necesitar hacerlo con la que sea, pues lo que es a mí, no me va a volver a poner una sola mano encima. ¡Yo sí tengo dignidad! Que se busque una
cualquiera como tú para sus cochinadas, pero eso sí, en esta casa yo voy a seguir siendo la esposa. Y ante los ojos de los demás también. Porque el día que alguien los vea y me vuelvan a hacer quedar en ridículo, te juro que se van a arrepentir.
¡Víbora maldita de Rosaura! El cinismo se hereda. Esa perra sabía que Pedro no la amaba, ni siquiera la tocaba salvo algunas cuantas veces para embarazarla, y se hace la digna. Como odié a Rosaura en aquel momento
Con el final lloré y lloré y lloré. No es final que me hubiera gustado, después de todo lo que pasaron hubiera deseado una completa felicidad para ellos, que cumplieran los planes que hacen, pero ni modo. Lo que en verdad me fastidió fue el trato que hicieron con Rosaura de seguir siendo amantes pero escondiéndolo y nunca tener hijos juntos con tal de que pudieran seguir viendo a Esperanza ¡Aguantar así por 22 años! La hubieran mandado al carajo y así podrían vivir su amor sin importarles lo demás.
La muerte de María Elena me hubiera gustado que fuera más dolorosa, más castigo. La de Rosaura fue ASQUEROSA. john me dio muchísima pena, ni modo.
Conozco personas que nunca entendieron el final, lo cual me sorprende porque John deja muy claras las bases. Un final muy poético, hermoso...pero frustrante.
Sin duda es uno de mis libros favoritos y probablemente lo será toda mi vida. Puede deprimirme, emocionarme, excitarme, enfurecerme....por eso amo este libro y a Laura Esquivel.
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